


Entrenar Barefoot fortalece los músculos del pie, tobillo, pierna, muslo y cadera mejorando nuestra estabilidad y información sensorial. Esto nos ayudará a estimular la musculatura implicada durante el movimiento dinámico. Por lo que nos moveremos mejor, mantendremos la correctos estimulos y evitaremos lesiones, conseguiremos una mayor eficacia en procesos de recuperación y el rendimiento será mucho mayor.
Dentro del trabajo barefoot hacemos hincapié en el patrón respiratorio, activación del suelo pélvico, y las conexiones fasciales que se activan desde el pie.
Entrenar descalzo también mejora la propiocepción, alinea nuestras estructuras y las vías neuromusculares del pie, tobillo, pierna, muslo y cadera. Previene y mejora los procesos inflamatorios, y el estrés.
Al contrario de lo que algunos puedan creer, entrenar descalzo no es para nada perjudicial, si no más bien una correcta forma de conseguir que el movimiento humano no envejezca, no se deteriore. Estar encerrado en zapatos durante largos períodos de tiempo no es aconsejable, pues nuestros pies necesitan expandirse y trabajar por sí mismos, sin correcciones, ni elevado drop.
Hoy en día, el calzado está diseñado para mejorar la funcionalidad del pie, no para reemplazarlo. El punto clave es entrenar desde el pie y confiar en el calzado. Sin embargo, si el pie no está fuerte, no podrá aprovechar las innovaciones del mismo.
Utiliza este tipo de entrenamiento para prevenir lesiones, mejorar rendimiento y como recuperación.
Como ves, entrenar desde barefoot son todo beneficios, por lo que: «descalzate y activale antes de calzarte».
